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Javier Sanz / Vicepresidente de la Federación Castellano y Leonesa de Atención a la Dependencia (Acalerte)

‘El déficit de profesionales sanitarios y de atención directa y la infrafinanciación son los dos grandes males que aquejan al sector’

Acalerte es toda una institución en Castilla y León. Cuenta con más de 250 empresas asociadas y aglutina más de 20.000 plazas en residencias y centros de día de las 45.000 existentes. Hablamos con su vicepresidente, quien reconoce que ‘en la comunidad se están haciendo razonablemente bien las cosas’, pero ‘tenemos que aspirar a tener un sistema ejemplar’

E. Vicente EM 12-04-2024

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PREGUNTA.- Hace más de un año y medio se aprobó el Acuerdo sobre Criterios comunes de acreditación y calidad de los centros y servicios del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia, que puso sobre la mesa un nuevo modelo de cuidados a nivel estatal, con tendencia a la atención domiciliaria y el fin a las macrorresidencias, algo que ya se impulsa en esta comunidad. Pero esta vuelta de tuerca, ¿ha afectado a la sostenibilidad del sector en Castilla y León?

RESPUESTA.- En efecto, en Castilla y León tenemos mucho camino recorrido en la implantación de un modelo de atención centrado en la persona. Hace más de una década fuimos pioneros y acometimos en muchos de nuestros centros todo tipo de reformas arquitectónicas y de funcionamiento para lograr que las residencias de personas mayores de Castilla y León no fueran concebidas como hoteles, ni hospitales, sino como las casas de sus residentes, con lo que eso conlleva: unidades de convivencia, historias de vida, proyectos de vida, planes de apoyo al proyecto de vida, profesionales de referencia... Sin embargo, esa transformación no sale gratis, y es indudable que la financiación sigue siendo un aspecto crítico para garantizar la calidad de los servicios. 

Nadie puede engañarse: un mejor servicio implica un mayor aporte económico, y ese esfuerzo puede recaer directamente en los bolsillos de los usuarios o de sus familias o en las arcas de la Administración. Todo dependerá de hasta qué punto la Junta de Castilla y León esté dispuesta, con financiación real, justa, adecuada y finalista, a generalizar un modelo de atención de calidad sostenible en el tiempo.

P.- En todo caso, Castilla y León ocupa una muy buena posición, a nivel estatal, en cuanto al nivel y cobertura de atención residencial que ofrece, méritos en los que por supuesto, ustedes tienen mucho que ver. Incluso recientemente, la nueva directora del Imserso, Mayte Sancho, destacó esta comunidad como ejemplo de buenas prácticas en este sentido. En su opinión, ¿qué pondría en valor de esa buena gestión y qué debería potenciarse?

R.- En la comunidad se están haciendo razonablemente bien las cosas, porque lleva años interiorizando el nuevo concepto de atención. La apuesta por modelos innovadores, como el proyecto ‘En mi Casa’, la implicación de los profesionales y la colaboración público-privada, nos han permitido ofrecer una atención de alta calidad. Pero, sin duda, no debemos conformarnos con tener buenos informes, tenemos que aspirar a tener un sistema ejemplar. 

Como en el resto del país, o se inyecta más financiación a la atención a las personas, se mejoran las prestaciones vinculadas al servicio (PEVs) y se incrementa el precio del concierto, o será difícil mantener los niveles de calidad en la atención a las personas que nos hemos marcado.

P.- En los últimos meses, distintas patronales del sector dicen estar contra las cuerdas por la falta de formación específica y también de personal cualificado, esto último agravado por la necesidad de cubrir el relevo generacional de las plazas de los profesionales que se jubilan. ¿Creen que es también una necesidad en Castilla y León? ¿Qué soluciones propondría para atajar esta situación?

R.- Precisamente el “alarmante” déficit de profesionales sanitarios y de atención directa y la infrafinanciación son los dos grandes males que aquejan al sector, en especial en el medio rural. Según nuestros cálculos, solo en Castilla y León la falta de enfermeras en centros residenciales supera la cifra de 700, mientras que el de gerocultoras y auxiliares llega a las 2.800. Y este problema se va a multiplicar sino se adoptan medidas, cuando llegue al sistema toda la generación del baby boom. Para ello, se requiere de las administraciones una planificación estratégica a largo plazo para abordar, además, las jubilaciones y el relevo generacional. Hay que atraer a nuevos profesionales, al mismo tiempo que retener a profesionales experimentados.
 
Entre las medidas que proponemos están que se desarrollen nuevos perfiles profesionales, que se agilicen las homologaciones de los títulos de profesionales extranjeros que desean venir a trabajar en España, que se incremente el número de plazas de alumnos en las facultades, y que se lancen campañas para dignificar el trabajo que se realiza en las residencias de personas mayores.

P.- Hablando de formación, es interesante aludir a que Acalerte acaba de iniciar la sexta edición del curso superior de directores de Centros de Servicios Sociales. ¿Qué objetivos busca esta formación?

R.- El objetivo con el que planteamos esta sexta edición es elevar la calidad de la gestión en los centros de servicios sociales, proporcionando a los directores una completa formación multidisciplinar para que estén plenamente preparados para capitanear la transformación de los cuidados que requiere el sector. Sobre ellos recaerá no solo este reto, sino el desafío de preparar los centros para la llegada de toda la generación del baby boom que está próxima a llamar a su puerta.

P.- En octubre, ustedes pusieron en marcha, de manera pionera, un servicio telefónico (983 345 771) para que los usuarios de los centros o servicios asociados a la federación puedan formular consultas, resolver dudas, plantear sugerencias y servir de mediación. ¿Cómo ha sido la acogida y cuáles son las inquietudes o preguntas más frecuentes?

R.- Era un servicio muy demandado y, por tanto, ha tenido una gran acogida no solo entre los usuarios, residentes y sus familias, sino también entre los profesionales y los directivos de los centros o servicios. 

Ha quedado claro que se necesitaba una vía de comunicación lo más directa posible con Acalerte para trabajar de la forma más inmediata en la mejora de la calidad del centro o en el servicio que presta alguno de nuestros más de 250 centros asociados a Acalerte

Los usuarios valoran la posibilidad de formular consultas, resolver dudas y expresar sus sugerencias. Las consultas más frecuentes se centran en aspectos administrativos, servicios disponibles y pautas de atención. Esta iniciativa demuestra nuestro compromiso con la transparencia, la participación y la mejora continua. 


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